Color o identidad cromática
Los logotipos, como representaciones gráficas de la identidad de la firma inscriben una forma y una combinación de colores particulares.
Los colores complementan las formas en la operación de significación del diseño, acentuando los valores, percepciones y atributos atribuidos. Forma y color trabajan en forma conjunta, para comunicar un significado. El efecto de sentido resultante es producto de su asociación.
No obstante ello, el color se transforma en un factor identificatorio por sí mismo. Existen colores que permiten por sí solos identificar una empresa. Por ejemplo, el verde de Telefónica ha sido "aprendido" por los consumidores hasta el punto que al verlo, la primera opción es asociarlo inmediatamente con la empresa de telecomunicaciones.
Color y forma se distribuyen funciones en el proceso de significación del logotipo. En determinadas oportunidades, el isologo ("el símbolo" del isologotipo) es representativo por sí mismo de la empresa, sus productos y/o servicios. Cuando ello ocurre, el color toma una función connotativa, asignando evocaciones psicológicas.
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